Los mejillones en la alimentación de los peces no son una idea nueva. La industria y los investigadores llevan varias décadas trabajando en ello
El alimento para peces del futuro: los mejillones pueden ser una parte importante del paquete alimentario
NORUEGA
Friday, May 10, 2024, 07:00 (GMT + 9)
"Para la alimentación de los peces necesitamos cada vez más materias primas locales de las que tenemos hoy", afirma la investigadora Sofie Remø.
A lo largo de un proyecto de cinco años, los investigadores han investigado cómo diferentes recursos poco tróficos, es decir, organismos que se encuentran en los niveles más bajos de la cadena alimentaria, pueden funcionar como ingredientes alimentarios en la piscicultura.
"Para aumentar la proporción de materias primas noruegas, también debemos analizar qué podemos cultivar. Los mejillones en particular parecen ser una buena solución, tanto para nosotros como para los peces", afirma Remø.
Se pueden cultivar mejillones y algas a lo largo de la costa
Durante el proyecto, se llevaron a cabo tres pruebas de alimentación en las que el salmón comió pienso que contenía mejillones y uno con algas azucaradas.
"Nos dimos cuenta muy pronto de que los mejillones y las algas marinas eran las dos materias primas para las que teníamos las mejores condiciones para cultivar en Noruega", dice Remø.
Lo único que tienen en común las algas azucareras y los mejillones es que son de bajo nivel trófico y pueden cultivarse a lo largo de la costa de Noruega. Pero el uso que se les da es diferente. Se necesitan muchas grasas y proteínas en los piensos para el salmón, y hay pocas en las algas marinas. Los mejillones, por otro lado, tienen más nutrientes que el salmón necesita.
¿Harina de mejillón o ensilado?
Los mejillones en la alimentación de los peces no son una idea nueva. La industria y los investigadores llevan varias décadas trabajando en ello.
"Queríamos estudiar diferentes formas de procesar los mejillones, para poder obtener una buena materia prima que además tenga una huella climática baja", dice Remø.
Los experimentos muestran que la harina de mejillón funciona al menos tan bien como la harina de pescado. ¿Pero qué pasa si los mejillones se ensilan? Un proceso en el que se añade ácido a la carne del mejillón, para que la conservación sea más rápida.
"La razón por la que nos planteamos el ensilado fue que se necesita mucha energía para producir harina de mejillón. Para ensilar la carne de mejillón utilizamos menos energía, lo que a su vez la hace más respetuosa con el clima", afirma Remø y añade:
"En nuestros experimentos, vimos que había diferencias muy pequeñas entre los mejillones ensilados y la harina de mejillón en cuanto a cómo el salmón utilizaba el alimento".
Durante la HavExpo, la investigadora Sofie Remø presentó algunos de los resultados del proyecto. (Foto: Christine Fagerbakke/HI).
Piensos más sostenibles en el futuro
En 2023, el gobierno lanzó la "Misión de la sociedad sobre alimentación sostenible" como parte del plan a largo plazo para la investigación y la educación superior.
Se trata de una iniciativa interdisciplinaria en la que la investigación y la innovación, la gestión y la industria trabajarán juntas para lograr el objetivo de encontrar nuevas materias primas para piensos sostenibles. Hoy en día, la industria de la acuicultura utiliza el ocho por ciento de las materias primas producidas en Noruega en la alimentación de los peces. El gobierno se ha fijado el objetivo de aumentar esta proporción al 25 por ciento para 2034.
"Básicamente, los mejillones tienen una menor huella climática porque crecen en el mar. Pero lo que se haga con las conchas cuando llegan a la tierra afecta en qué medida pueden contribuir en última instancia a reducir la huella climática del alimento", explica Remø.
Requiere grandes áreas
Si queremos que los mejillones sean la solución para obtener nuestras propias materias primas locales para la alimentación de los peces, también es necesario reservar grandes superficies para cultivar mejillones.
El científico marino Tore Strohmeier lidera el paquete de trabajo del mismo proyecto, que analiza cómo nuestros ecosistemas se verán afectados por el cultivo a gran escala de organismos poco tróficos en nuestros fiordos.
"Un experimento de modelización muestra que en el fiordo de Hardanger se pueden producir hasta 180.000 toneladas de conchas en dos años. Pero una producción de esa magnitud afectará al ecosistema del fiordo y provocará una disminución en el plancton vegetal y animal", afirma.
Autor/Fuente: Christine Fagerbakke / Havforskningsinstituttet | Instituto Noruego de Investigaciones Marinas (traducido del original en noruego)
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